La tercera edición del Foro Mundial de Derechos Humanos culminó este jueves en Buenos Aires tras cuatro días en que expertos internacionales y referentes de izquierda protagonizaron debates que no estuvieron exentos de fuertes posicionamientos políticos, el año en que se cumplen cuatro décadas de democracia en Argentina.
Fuente: Swiss Info
“Estos días nos han ayudado a reflexionar, saber cada uno y una que la lucha es única, que los derechos humanos no tienen fronteras y, lógicamente, que tenemos que hacer memoria”, aseveró Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz en 1980, en el acto de clausura.
Para el veterano activista, de 91 años, “cuando se violan los derechos humanos, la democracia se debilita y deja de ser democracia”, por lo que llamó a “estar unidos en la diversidad”, ya que, pese a las diferencias de pensamiento, “todos tenemos objetivos comunes como la dignidad de la persona humana, el derechos de los pueblos”, dijo.
Pérez Esquivel hizo repaso a la situación de diversos países o conflictos, como el de Ucrania, que a su juicio “no es una guerra” entre ese país y Rusia, sino “una guerra de Estados Unidos y la Unión Europea”: “Y le digo a los europeos: Recuperen su voz propia, no sean satélites de los Estados Unidos. Recuperando su voz Europa va a tener otro camino para ser libres y no ser una colonia”.
La antigua Escuela de Mecánica de la Armada, donde estuvo el mayor centro clandestino de detención y tortura y desaparición de personas de la última dictadura (1976-1983), convertido ahora en espacio de memoria, ha sido el simbólico escenario de las conferencias.
Un evento “maravilloso”, según palabras de Fernanda Gil Lozano, directora ejecutiva del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas -organismo que ha organizado el foro junto al Gobierno argentino-, en el que ha habido 22.000 asistentes a 1.200 ponencias con representantes de más de 80 países.